miércoles, 4 de julio de 2012
Maniobras de escapismo
Se pintan los pasos en negro, los cruzan líneas en plata opuestas y ni ellas saben adónde se dirigen. Simplemente no sé ve hacia dónde sopla el viento y basta un trayecto más o menos largo en autobús para darse cuenta de que aún tengo sitios prohibidos en Madrid. Quizás lo más preocupante de la incertidumbre sea la falta de control que sobre ella se tiene, ya no tanto el dónde terminar sino el cómo llegar hasta allí. Son momentos extraños que sin ser nuevos no dejan de ser trascendentes, determinantes para decidir cómo afrontar el día aún no teniendo muy claro cómo analizar el anterior. Quiero pensar que son moderneces producto de la falta de sueño, de imaginaciones que vuelven otra vez a pasar de largo, de falta de inspiración real sobre la que sostener este edificio creativo. Quiero pensar que estoy totalmente equivocado. Aunque sé que me miento constantemente una y otra vez.
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